Ítalo, tu opinión me resulta un tanto parcializada, explico por qué:
1. me da la impresión que asumes que toda universidad privada bajo el DL 882 es una empresa que privilegia el lucro y desmedra la calidad del servicio que ofrece.
nuestro sistema universitario es heterogéneo, la calidad es multifactorial y está en función de los requisitos que los grupos de interés manifiesten. Tenemos programas de formación de muy alta calidad y tenemos otros de muy baja calidad; tenemos universidades que ofrecen programas de muy alta calidad y otras, que no; incluso tenemos universidades que poseen una oferta formativa heterogénea: algunos de sus programas son muy buenos, y otros son muy malos.
el problema del control estatal en términos de calidad es una ilusión: se cree que controlando la calidad, se ofrecerá un mejor servicio, y eso es un error, porque en cuestión de educación, los niveles de calidad no orientan la demanda, es decir, si tenemos programas buenos y programas malos, ambos seguirán siendo demandados por los estudiantes, algo así como “no importa si nos estan buena esta universidad, prefiero una formación mediocre a no tener formación” es por esto que actualmente la oferta formativa de muy baja calidad tiene gran demanda.
2. ANR no es un organismo fiscalizador
el artículo 7 de su reglamento define sus funciones, ninguna de ellas implica fiscalización, o la facultad de normar o controlar instancias en las universidades. ANR es un organismo de coordinación, por su propia naturaleza: estar conformado por miembros de los organismos por lo que tiene que velar.
Tampoco es que ANR haya realizado un trabajo excelente todo este tiempo, pero no puede calificársele como el chivo expiatorio de la situación actual de las universidades. Eso le compete al Estado (que siguió creando universidades nacionales y que luego aprueba la ley de moratoria)
Resulta curioso ver cómo el responsable al más alto nivel de los problemas de la educación universitaria sea ahora el abanderado de la “salvación” de la misma.
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Si la educación es una herramienta para el desarrollo social (en lo que estoy de acuerdo) no concentremos esfuerzos en ir contra las universidades “mediocres”, concentremos esfuerzos en convencer a los principales interesados de dicha educación a exigir y elegir programas de formación de alta calidad, demandantes, exigentes…
ayer leía unos comentarios sobre la feria vocacional que se realiza en el jockey club, las preguntas de los futuros postulantes eran: ¿y para llevar esta carrera hay que leer mucho?, ¿tengo que llevar muchos cursos de matemática? (obviamente que el tono de las preguntas aguardaban respuestas negativas, pues mientras más “fácil” resulte llevar una carrera, mejor) ése es el panorama que tenemos actualmente, y allí es a donde debemos apuntar… si no, seguiremos en lo mismo, por más control que se quiera imponer
gracias por el espacio